
Salzburgo
Fecha del viaje: Agosto de 2021
Esta excursión forma parte de un viaje que hicimos a Austria en 2021, teniendo entonces Inés 4 años y Santi 16. Volamos a Munich, y allí cogimos un coche de alquiler. Desde Munich hicimos una breve incursión en la República Checa, para pasar una noche en la ciudad más bonita (en mi opinión) de este país: Cesky Krumlov. Podéis ver el artículo aquí.
Desde Cesky Krumlov, después de comer, fuimos hasta la región de Salzburgo, donde teníamos alquilada una casita por airbnb cerca de la ciudad, concretamente en el tranquilo pueblecito de Kuchl, a 24 Km de Salzburgo (Y 246 km, unas dos horas y media, desde Cesky Krumlov).
La casita en cuestión era la planta superior, incluyendo un bonito balcón de madera, de un chalet independiente. La familia dueña de la casa vivía en la planta baja. Allí estuvimos 5 noches, y pagamos en total 737 euros. Recomendaría totalmente la casa. Tiene 3 habitaciones, y es espaciosa, estuvimos muy a gusto. Está en un entorno de campo muy agradable. Podéis ver el link aquí.
Recomendaciones importantes
- Si solo puedes dedicar tiempo a una cosa en Salzburgo, que sea subir a la fortaleza. Merece la pena aunque solo sea por las vistas que hay desde allí. Muy recomendable el restaurante que hay arriba, tiene una terraza con unas vistas increíbles. Para comer, mejor ir pronto y es más fácil pillar una mesa bien situada junto a la barandilla
- Alquilar una bici es una experiencia estupenda en Salzburgo. Hay carril bici paralelo al rio en ambas orillas.
- En la orilla opuesta al casco histórico, hay una calle que sube a una especie de monte desde donde hay unas vistas increíbles de la ciudad.
De los cuatro días completos que estuvimos allí, el primero lo dedicamos íntegramente a la ciudad de Salzburgo. Después de desayunar cogimos el coche y fuimos para allá, en apenas 20 minutos ya estábamos en la ciudad, y dejamos el coche en un parking subterráneo. Teníamos un día entero por delante para disfrutar de la ciudad, y la verdad es que le teníamos muchas ganas, por que de toda la vida siempre nos ha gustado mucho la película "Sonrisas y lágrimas", ambientada en gran parte en esta ciudad.
El parking estaba al lado del casco antiguo, así que en unos minutos fuimos caminando hasta la Residenzplatz, la plaza principal de Salzburgo, lugar de una de las escenas de la película, y donde hicimos las primeras fotos...
Esta plaza es llamada así por la Residenz, que no es otra cosa que la "residencia" o palacio de los príncipes arzobispos de Salzburgo. Ese palacio, del siglo XVI, se conserva y puede verse en las fotos detrás de la fuente. Esa fuente monumental es uno de los principales atractivos de la plaza, una de las mayores fuentes de todo Austria. Es barroca del siglo XVII, construída en mármol, y simboliza la fuerza de la naturaleza y el agua.
Por cierto, vaya lavado de cara le han hecho al palacio y la fuente desde el año 1964 que se rodó la película. En aquella época se puede ver que estaban negros, después de siglos acumulando mugre, y ahora está mucho más bonito, con el color natural de la piedra.
Desde la Residenzplatz fuimos por unos arcos (en la primera foto de abajo, detrás de la fuente) que comunican con otra plaza más pequeña donde está la entrada a la catedral, que es lo siguiente que visitamos. Su construcción actual data de 1628, aunque la historia de la catedral se remonta al siglo VIII, cuando San Ruperto, el fundador de la ciudad, erigió la primera iglesia en este lugar. Como curiosidad, aquí fue bautizado Mozart.
Y una vez vista la catedral, el siguiente hito imprescindible de la ciudad es la fortaleza de Hohensalzburg, una de las fortalezas medievales mejor conservadas y más grandes de Europa, y el símbolo más representativo de Salzburgo. Situada en la colina de Festungsberg, domina la ciudad desde una altura de 506 metros sobre el nivel del mar y ofrece unas vistas espectaculares del casco antiguo y el río Salzach.
La fortaleza es accesible por un funicular llamado Festungsbahn, que sale justo desde detrás de la catedral, y hacia allí nos dirijimos para, en pocos minutos, estar disfrutando de las increíbles vistas que hay desde arriba.
Bajo estas líneas, a la izquierda, vistas del palacio de Mirabel, otro de los escenarios de la película "Sonrisas y lágrimas", y al que iríamos después.
Estuvimos recorriendo todas las salas de la fortaleza, que es bastante grande. Incluso tenían un pequeño museo de marionetas, donde estaba representada la familia Trapp. Una vez salimos de la visita, vimos que había un restaurante con una terraza que tenía unas vistas increíbles. Como aún era pronto para comer, había sitio libre justo al lado de la barandilla, y no nos lo pensamos dos veces. Difícil encontrar un sitio mejor para comer.
La verdad es que lo recomiendo completamente, tiene un precio medio para lo que es Salzburgo, y comimos bastante bien disfrutando de unas vistas increíbles. Yo, como viene siendo habitual en este viaje, repetí de nuevo el escalope Wiener Schnitzel, un plato típico de la cocina austríaca y que puedes encontrar en cualquier restaurante de allí. No es más que un filete de ternera (receta tradicional) o cerdo empanado, acompañado de patatas fritas.
Para sacar online los tickets de visita (nosotros no lo hicimos), puedes hacerlo aquí. Los precios son 14,5 por adulto y 5,9 por los niños (incluyendo el funicular de subida y bajada).
Cuando acabamos de comer, bajamos de la fortaleza y fuimos dando un paseo hasta la ribera del rio. Habíamos visto por internet que allí había un sitio de alquiler de bicicletas, y efectivamente, allí estaba, era una especie de kiosko en mitad de la calle. Pues esa iba a ser la experiencia más divertida del día, sin duda. Inés hacía poco que había aprendido a andar en bici sin ruedines, pero es muy lanzada y no tenía miedo (con sólo 4 años) y por suerte, tenían una bici de su tamaño.
Hay un carril bici que va paralelo al rio por cada una de sus dos riberas, y puedes ir cruzando el rio por cualquiera de los puentes, incluyendo la pasarela peatonal de hierro que también sale en la película. Si vais con niños, es una experiencia muy divertida, y sin peligro alguno. Ya si os metéis por el centro de la ciudad es más agobiante, pero no tanto por los coches, sino por la cantidad de gente que puede haber.
Después de estar un rato recorriendo ambas riberas, viendo que Inés iba con mucha soltura, fuimos al palacio de Mirabel. En sus jardines se rodaron unas cuantas escenas de la película, y teníamos en mente un par de sitios donde sacarnos unas fotos. En la entrada principal no fue fácil, la verdad, por que como era lógico no hacía más que entrar y salir gente, pero al final lo conseguimos.
Dejamos las bicis en la puerta, atadas con el candado, y entramos en los jardines. Merece la pena estar un rato recorriéndolos, son bastante bonitos, y se pueden sacar muy buenas fotos dentro.
Después de los jardines de Mirabel, cruzamos el rio y subimos por una calle buscando un mirador desde donde se veía toda la ciudad (colina Kapuzinerberg). Era bastante cuesta arriba, así que enseguida dejamos las bicis con el candado y subimos andando. Con estas vistas es perfectamente comprensible que Salzburgo fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1996.
Después del mirador, ya fuimos tranquilamente de vuelta hasta el kiosko a devolver las bicis. Ya se estaba poniendo el Sol, y dedicamos ese tiempo a pasear sin rumbo por las calles del centro histórico, especialmente por la calle Getreidegasse, la más bonita de la ciudad y donde está la casa natal de Mozart. Es una calle llena de casas de época medieval, muchas de las cuales ahora son tiendas con mucho encanto. Estuvimos paseando hasta que se hizo de noche y buscamos un sitio donde cenar, y luego vuelta al parking a buscar nuestro coche.
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