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Thingvellir y Geysir


Fecha del viaje: Julio de 2022

Los vuelos a Islandia desde Madrid no tienen muy buenos horarios... Nuestro vuelo llegó al aeropuerto de Keflavik pasada la medianoche. Por suerte la recogida de equipaje fue rápida. Teníamos reservada una noche en el hotel Asbru, situado en el mismo aeropuerto (dadas las horas de llegada), y fue todo un acierto, volvería a reservarlo de nuevo sin ninguna duda.

El hotel tiene transporte gratuito desde la terminal del aeropuerto, y funciona realmente bien, apenas tuvimos que esperar casi nada para que nos llevasen al hotel. Una vez en el alojamiento, el checking fue super rápido, lo cual se agradece con lo cansados que estábamos. Y lo mejor, es que el coche de alquiler que teníamos reservado, la oficina de recogida y devolución está en el mismo hotel, no teníamos que volver al día siguiente al aeropuerto.

Este hotel nos costó 113 euros por una noche (desayuno aparte 15 euros por persona), lo cual fue realmente barato para los precios que tiene este pais. Un auténtico acierto. La aerolínea con la que volamos fue Play, y pagamos por los pasajes de los tres 1156 euros en total.

Recomendaciones importantes

  • Si vuelas desde Madrid, un hotel junto al aeropuerto es clave, dadas las horas a las que vas a llegar. Hay mucha variedad, tienen buenos precios, y resultan muy funcionales.
  • Importante hacer una compra inicial en el super "Bonus" que hay cerca del aeropuerto. Lo de hacer las cenas en el alojamiento que reserves no es sólo para ahorrar, es que la mayoría de las veces no tendrás restaurante cerca.
  • Las visitas de Thingvellir y Geysir están bien, pero no es desde luego lo más espectacular que vas a ver en Islandia.

Día 1

Al día siguiente, cuando salimos a desayunar (el desayuno en este hotel lo sirven en otro hotel que está al lado, como a 50 metros) un viento huracanado casi no nos deja ni caminar. Y veníamos de estar a 40 grados en Madrid, madre mia...

Una vez desayunados, en recepción hicimos los trámites para el coche de alquiler, que fue rapidísimo, lo eficientes y prácticos que son en este pais. Y el coche lo teníamos aparcado justo afuera, nada más salir por la puerta, más fácil imposible. Así que en menos tiempo del que pensábamos ya estábamos en ruta. Es la vez en mi vida que el proceso de recoger un coche de alquiler ha sido más rápido y sencillo.

Lo primero que hicimos fue ir al supermercado Bonus más cercano al aeropuerto. Por este super pasan la mayoría de turistas que vienen a Islandia. Allí, los super "Bonus" son como aquí los Mercadona, Ahorramás o similar. Así que allí nos dirijimos e hicimos una buena compra de leche, huevos, pan, bollería, etc. Lo suficiente para los desayunos y cenas de unos cuantos dias (junto con la maleta que llevábamos llena de comida desde España: aceite de oliva, embutido, queso, paquetes variados de comida preparada, etc.)

Esta es una forma de ajustar un poco el presupuesto, por que Islandia es un pais caro en cuanto a restaurantes se refiere (y en muchas otras cosas). Una vez hecha la compra, y con un clima bastante malo, pusimos rumbo a nuestra primera parada, el parque nacional de Thingvellir.

Este parque nacional está atravesado por la fisura de Sifra, que marca la separación de las placas tectónicas de Norteamérica y Europa-Asia. Se puede caminar por el interior de las fisuras, entre las paredes de roca que se elevan a ambos lados. Ambas placas se separan como 1 cm al año.

Además, es también muy importante para los islandeses, ya que algunos sucesos clave de su historia tuvieron lugar aquí: En torno al año 930 d.C. se fundó aquí el primer parlamento del mundo. Fue aquí también donde Islandia adoptó el cristianismo en el año 1000, y donde nació la república de Islandia en 1944.

Aparcamos junto al centro de visitantes, y bajamos por las pasarelas de madera hacia el lago, donde está la Thingvallakirkja, la primera iglesia de Islandia. Fue construída aquí por el rey Olaf el Santo después de que el pais se convirtiera al cristianismo. La que se puede ver hoy data de 1859, ya que la primitiva iglesia no debió aguantar el paso del tiempo.

El tiempo era infernal, absolutamente infernal. Llovía, y hacía un viento que causaba que la lluvia cayese casi en horizontal. Aun así, llegamos hasta la iglesia, y después de hacer alguna foto, emprendimos el camino de vuelta. Inés y Patri iban mejor preparados, pero yo llevaba el pantalón vaquero completamente empapado ya. Aquí abajo podéis ver una foto del vuelo, recogiendo a nuestro pequeñín (con los precios que tienen los coches de alquiler en Islandia, esto era lo mejor que podíamos permitirnos), y algunas fotos de este primer contacto con el clima islandés.

En estas dos fotos de arriba, a la derecha se ve la primer iglesia de Islandia, la Thingvallakirkja; y a la izquierda al fondo se ve una bandera, que marca el lugar de fundación del primer parlamento islandés, que también fue el primero del mundo.

En estas fotos de abajo, caminando por una de las fisuras que separan los continentes de Norteamérica y Europa. Como se puede ver en general en las fotos, no había mucha gente. Realmente no había prácticamente nadie, hacía un día de perros. Esto sí que es turismo extremo...

Una vez visto esto, nos quitamos la ropa de agua en el centro de visitantes, y corrimos a montarnos en el coche. Pusimos rumbo hacia la siguiente parada, el parque nacional Geysir, donde están los famosos geysers. De camino, paramos a comer en una gasolinera.

Este es un punto importante para todo el que esté pensando en viajar a Islandia. Todas las gasolineras tienen su restaurante de comida rápida. No vimos un solo McDonalds en Islandia, son cadenas locales, pero que sirven el típico menú de hamburguesa o filete empanado con patatas fritas y una bebida. La verdad es que están genial, es una buena forma de comer gastando poco dinero.

Nosotros comimos unas cuantas veces en gasolineras, y solíamos gastar de media unos 55 euros en total por tres menús. En un restaurante "normal", que tambien hicimos alguna comida, el precio que pagábamos era el doble. Una vez comidos, salimos de la gasolinera y, ¡Oh, Dios mio! ¡Salía el Sol! No me lo podía creer, era como un milagro. Rápido volvimos al coche, nos debía de quedar como media hora para llegar.

Y cuando llegamos a Geysir, no llovía, maravilloso. Estaba muy nublado, en alguna ocasión se veía el Sol, pero no llovía. Hay un aparcamiento justo al lado del parque, está muy bien montado. La verdad es que se ve rápido, hay muchas láminas de agua caliente soltando vapor, pero geysers como tal, que suelten el chorro de agua hacia arriba, solo hay uno, el Strokkur, que entra en erupción cada 5 o 10 minutos soltando un chorro que sube algo más de 20 metros.

Aquí van unas fotos de esta parte:

Estuvimos un rato por allí, vimos erupcionar el Strokkur tres o cuatro veces. El plan original ahora era ir a ver la cascada Gullfoss, que quedaba muy cerca de la casa que habíamos reservado, pero el día estaba muy cubierto, y yo seguía medio empapado, así que decidimos ir a la casa a descansar, y dejar esa visita para el día siguiente, que el pronóstico del tiempo era mucho mejor.

La casa, una granja de caballos en mitad de la nada, estaba a sólo 15 minutos de Geysir. La verdad es que era un alojamiento maravilloso, el mejor de los que estuvimos en Islandia junto con otra casa que estuvimos dias después. Por esta casa pagamos 207 euros por una noche, precio islandés total.

Era una casita aislada junto a la granja de caballos de los propietarios, la reservamos por airbnb. Este es el link. La verdad es que estuvimos muy a gusto, nos pareció muy bonita, aunque como todo en Islandia, muy cara. Aquí van unas fotos de la casa.

La última foto es de las vistas desde la casa, una pradera inmensa de un color verde brillante como no se ve más que aquí. Eso iba a ser la norma durante el viaje, el color de la hierba en Islandia es como de otro mundo, parece que irradiara su propia luz. Las fotos solo son una vaga aproximación a esto que digo, la realidad es mucho más impresionante. A mí al menos me llamó mucho la atención.

Ya solo nos quedaba hacernos nuestra primera cena en Islandia, y a descansar, que mañana sería un día muy intenso. Podéis leer aquí el artículo sobre el día 2 de nuestro viaje a Islandia, visitando las cascadas de Gullfoss, Seljalandsfoss y Skogafoss. Y por la tarde, el glaciar Sólheimajökull, los acantilados Dyrholaey y la playa negra de Vik.

A dormir, pero a plena luz, claro, que aquí en esta época del año no se hace de noche hasta bien entrada la madrugada.


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