
Ballenas, cascada Dettifoss y zona volcánica de Krafla
Fecha del viaje: Julio de 2022
Podéis leer aquí el artículo de nuestro sexto día en Islandia, visitando Seydisfjordur, la zona volcánica Hverir, el cráter Viti y acabando con un poco de relax en los baños Myvatn.
Recomendaciones importantes
- La excursión de avistamiento de ballenas me pareció una experiencia fantástica. Vimos 4 o 5 ejemplares, así que entiendo que la probabilidad de avistamiento (en verano al menos) es realmente muy alta.
- Conviene reservarlo con antelación, nuestro barco iba lleno, y otro barco que salió a la vez que el nuestro, también. Por otra parte, está el mareo. Si tienes propensión a marearte en barcos, te vas a marear casi seguro. Unas cuantas personas acabaron vomitando por la borda.
- En el mismo puerto, como podéis ver más abajo, hay un restaurante fantástico y que está bien de precio (para lo que es Islandia).
- Y después de ver ballenas en libertad, que mejor que terminar con una visita al museo de ballenas de Husavik. Nos gustó bastante, se ve en unos 40 minutos aproximadamente.
- La cascada Dettifoss la podéis ver desde la orilla Este o la Oeste. En mi opinión, si no tienes tiempo para ir a las dos, la Este es la más espectacular, ya que ves la cascada de frente, y desde el Oeste la ves más de perfil.
Día 7
Al dormir dos noches seguidas en la misma cabaña, no teníamos que salir con todo el equipaje en el coche, eso siempre es un descanso. Después de desayunar, salimos zumbando hacia Husavik, un pintoresco pueblo costero desde donde salen las excursiones en barco para el avistamiento de ballenas.
Nosotros la teníamos reservada desde hacía un mes aproximadamente, es algo bastante solicitado, y si no lo reservas antes, puede que te quedes sin poder hacerla o que no queden plazas en el horario que te viene bien, y te trastoque todo el planning del día.
Nosotros lo habíamos reservado a las 9:45, y la duración aproximada es de 3 horas (es lo típico, independientemente de con quien lo reserves). Teníamos unos 50 minutos de carretera desde nuestra casa hasta Husavik. Una vez allí, se aparca sin problema al lado del puerto. Si te interesa, aquí tienes unos cuantos enlaces para esta y otras actividades que se pueden hacer desde Husavik. Como siempre, si lo reservas desde nuestros enlaces, tendrás el mejor precio posible.
Abajo podéis ver un par de fotos de los barcos en los que se hace esta excursión. Son una especie de barcos de pesca reconvertidos para estos nuevos tiempos en barcos turísticos. El nuestro iba completamente lleno, señal de que es mejor reservar esta actividad con tiempo, de no haberlo reservado, no habríamos podido hacerla. Por cierto, como todo en Islandia, no es barata. Nosotros pagamos 162 euros por los tres.
Desde la taquilla, donde presentas tu reserva, caminas por el muelle hasta el barco que te han indicado. Allí, una vez que subes te dan unos monos para el agua y el frio, para que te lo pongas encima de tu ropa. En nuestro caso, hacía buen día y a mi casi me sobraba, la verdad. En la foto de abajo a la derecha, saliendo lentamente del puerto, con magníficas vistas del casco urbano de Husavik.
Un tema muy importante sobre esta actividad ¿Te vas a marear? La respuesta: Si te has mareado antes en excursiones en barco, si tienes cierta propensión al mareo... No lo dudes, te vas a marear. Al principio la cosa va bien, durante la primera media hora más o menos.
El mar parece tranquilo, y el barco avanza lentamente saliendo del puerto, y avanzando por la bahía, buscando mar abierto. Cuando Husavik ha quedado ya muy atrás, y la protección de la bahía ha disminuído, resulta que el mar aquí ya tiene cierto movimiento, y el barco aumenta su velocidad... Es entonces cuando empieza el bamboleo, y mucha gente empieza a sacar la cabeza por la borda... La verdad es que en mi vida había visto vomitar a tanta gente junta, hubo momentos en que casi toda la borda estaba ocupada. Diría que entre 12 y 15 personas acabaron vomitando.
Lo bueno, es que cuando el barco ya está lo suficientemente lejos, se produce el milagro y empiezan a aparecer las primeras ballenas, que asoman el lomo por la superficie para expulsar aire.
Como podéis ver, es algo maravilloso poder ver esos bichos tan cerca del barco, como siguen con su vida, totalmente indiferentes a nosotros. Se pueden hacer unas fotos fantásticas, con las ballenas contra el fondo de montañas nevadas de la costa. Las ballenas que estábamos viendo, por lo que decían los guías, eran ballenas jorobadas.
En las fotos de abajo, a la izquierda, otro modo de hacer esta excursión, en lancha rápida. A la derecha, otro barco similar al nuestro que también estaba por la zona en ese momento. La verdad, yo volvería a repetir en el barco tradicional, más que la lancha rápida. En esta última tienes que ir todo el tiempo sentado en tu sitio sin moverte, en cambio en el barco tienes mucha más movilidad, si la ballena sale por estribor, por ejemplo, puedes cambiar de lado para verla mejor.
Igual os estaréis preguntando si está garantizado ver ballenas. Bueno, al ser animales en completa libertad, ya te dicen que garantía no hay, pero que sería muy raro no verlas (esto en los meses de verano, que es cuando más ballenas hay en la zona). Nosotros en las tres horas que duró la actividad, vimos ballenas en 4 o 5 momentos distintos, lo que me hace pensar que, efectivamente, es realmente muy probable verlas. Otra cosa distinta es que peguen un salto por encima del agua como viene en las fotos publicitarias de la excursión, seguro que eso es muy pero que muy raro.
Abajo, fotos volviendo ya al puerto. Inés se subió conmigo a la parte superior del barco, no se mareó nada en todo el viaje.
Ya con pie en tierra, nos quitamos los monos, y dimos una vuelta por este pequeño pueblo. Justo un poco por encima del puerto había un restaurante con terraza, quedaba una mesa libre, y hacía un sol fantástico... ¿Qué mas se puede pedir? Sin pensarlo dos veces, nos sentamos allí mismo y aprovechamos para comer (además no fue caro, 60 euros los tres), aun quedaba mucho día por delante. Fue la única vez que comimos en terraza en todo el viaje, hacía un día espléndido. Eso fue toda una suerte, por que como el mar esté picado, anulan este tipo de excursiones y te dan a elegir entre devolverte el dinero o hacerlo otro día.
Cuando acabamos de comer, aún nos quedaba una cosa por hacer en Husavik: visitar su famoso museo de las ballenas, una visita imprescindible si estás allí (y si vas con niños, más aún). Tienen esqueletos reales de un montón de tipos de ballenas. Abajo a la izquierda, junto a la gigantesca ballena azúl, el mayor animal que vive en la Tierra.
Sobre estas líneas, con la orca, la única ballena que tiene dientes y es depredadora. Es además uno de los animales que más neuronas tiene, y está considerado uno de los más inteligentes. Abajo, fotos diversas en el museo. En una de ellas, con uno de los arpones que hasta hace poco se usaban para cazarlas. Tenían también una muestra de barbas y vértebras de ballena, que se pueden coger para comprobar lo que pesan.
Una visita muy bonita que disfrutamos mucho. Fuimos a buscar nuestro coche, que lo habíamos aparcado muy cerca, y pusimos rumbo a uno de los hitos que yo más ganas tenía de ver en este viaje, y que no me defraudó en absoluto: la cascada de Dettifoss, de la que nos separaban 88 km. Nosotros no lo hicimos por que ya teníamos el día muy apretado, pero otra buena opción para dedicar una hora y media o dos horas en Husavik son los baños termales GeoSea. Tenéis un enlace a la actividad en los links de GetYourGuide que os puse más arriba.
La primera parte de la ruta va junto a la costa, y resulta muy bonita, muy "islandesa", como podéis ver en la foto de abajo. No podemos evitar fijarnos en el mar azul a ver si vemos asomar alguna ballena.
Cuando vas a ver la cascada de Dettifoss, la primera decisión que tienes que tomar es si vas a ir al mirador que hay en su orilla Este, o en la Oeste. Lo ideal sería poder verla desde los dos, pero a veces eso no es posible por falta de tiempo, ya que no hay muchos puentes en ese rio, e ir de un lado a otro hay que dar un rodeo de una hora de coche. Nosotros elegimos el lado Este, y no me arrepiento.
Puestos a elegir, es el lado en el que vas a ver la cascada más de frente, y la visión va a ser más espectacular. Por otro lado, desde el lado Oeste, puedes acercarte más a la orilla de la caída de agua, aunque vas a ver la cascada más de perfil. En fin, cuando vuelva a Islandia, iré al lado Oeste a ver que tal, pero para la primera vez, diría que el lado Este es el más espectacular.
Desde el aparcamiento hay que dar un agradable paseo de unos 10 o 15 minutos hasta que llegas a la cascada. Y cuando llegas... Ohhhh es realmente una visión maravillosa. No en vano, estamos ante la cascada más caudalosa de Islandia, y de Europa entera. Por aquí caen unos 200 metros cúbicos de agua por segundo, con una anchura de unos 100 metros y una caída de 44 metros.
He leído en muchos blogs de viajes que la gente escribe sobre qué cascada es la más espectacular de Islandia, que si a unos les gusta la xxxx, a otros la yyyy... En mi opinión puede haber dudas sobre cual sería la segunda cascada más espectacular de Islandia, pero el primer puesto es indiscutiblemente para Dettifoss. Ya desde antes de llegar, cuando vas caminando hacia ella, el estruendo del agua al caer es atronador, como una montaña de agua que cae sobre ti. Es todo un estímulo para los sentidos.
Hay diferentes miradores desde donde poder observar ese portento de la Naturaleza. Al final, te tiras allí fácil una hora yendo de uno a otro, haciendo fotos, admirando extasiado esa maravilla... Podéis ver un par de videos que grabamos de la cascada aquí y aquí.
Una vez vista la cascada desde todos los sitios posibles, aún no has acabado en este sitio, que va. Tienes un sendero muy chulo que remonta el rio, hasta llegar a otra cascada (Selfoss) aguas arriba. Es igual de caudalosa (es el mismo rio pero un poco más arriba) pero más bajita (unos 11 metros) y menos espectacular. No te vayas de aquí sin verla, está a unos 20 minutos por un sendero muy chulo, abajo podéis ver fotos del camino y la cascada. Antes de llegar a Selfoss, desde el sendero se tienen buenas vistas de Dettifoss desde casi su vertical.
Y aquí podéis ver ya fotos de Selfoss. El camino hasta allí es muy bonito, ya que desde bastante antes de llegar estás viendo al fondo del cañón la caída de agua. La verdad es que parece menos caudalosa que Detifoss, pero es la misma cantidad de agua.
Desde Selfoss, ya nos dimos la vuelta y en otros 20 minutos estábamos en el coche. Ahora teníamos una hora de ruta (67 km) hasta la zona volcánica de Krafla por la que pasamos el día anterior. Esta vez no fuimos al cráter Viti, sino que dejamos el coche en una zona de aparcamiento cercana, que llevaba hasta un campo de lava que se formó en una serie de erupciones que empezaron en 1975 y duraron hasta 1984.
No había ni un solo coche en el aparcamiento, eran todavía las 7 de la tarde. Parece que lo íbamos a ver solos. Desde el aparcamiento hay que caminar por un sendero (no tiene pérdida) unos 10 minutos hasta llegar a una pasarela de madera en las proximidades ya de la colada de lava. Hace ya unos cuantos años de la última erupción, pero da la impresión de que fue ayer mismo, sale humo por todas partes.
Esa pasarela de madera lleva hasta una especie de mirador sobre una laguna burbujeante, como podéis ver en las fotos de arriba. Desde ahí seguimos el sendero en ligero ascenso, hasta llegar a una zona llana que es un campo de lava enorme, en el que se ve algún antiguo cráter. Todo a nuestro alrededor es lava negra y humeante con formas retorcidas. Si empezase una erupción en ese preciso momento, no me extrañaría nada.
Esta zona volcánica es sin duda la más espectacular de las que vimos en todo el viaje. Realmente, solo le faltan rios de lava hirviente y bien roja corriendo por entre los cráteres, lo demás lo tiene todo. La sensación que tiene uno deambulando por allí es que la erupción fue hace tres días y nos la hemos perdido por poco.
Además es que estábamos solos, lo cual lo hacía aún más desolador y misterioso. Inés lo flipaba, le gustó mucho, y no hacía más que pedirnos el móvil para hacer fotos, estaba naciendo una fantástica vulcanóloga en esos momentos. Después de disfrutar de ese parque temático volcánico, emprendimos la vuelta hacia el coche bien satisfechos.
El día había dado mucho de sí, sin duda había sido el más intenso del viaje. Habiamos estado en Krafla más tiempo del que habíamos previsto (no era para menos), así que pusimos rumbo al alojamiento, del cual estábamos a una hora de distancia. Todavía pudimos ver un magnífico arco iris en el camino de vuelta, como podéis ver en las fotos de abajo. Esos colores sólo se pueden ver en Islandia.
Una vez en la casa, nos preparamos algo de cena. Sin duda, si tuviese que quedarme con una parte de Islandia, sería esta. En un círculo de menos de 100 km de diametro, puedes ver ballenas, está la mejor zona volcánica del pais, la mejor y más espectacular cascada (además de la de Godafoss que veríamos al día siguiente), y los baños de Myvatn. Por algo a esta zona la llaman "El círculo de diamante", en contraposición al círculo dorado en las proximidades de Reikiavik.
Volver a Inicio