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Kumbhalgarh, India


Fecha del viaje: Junio de 2012

Esta visita forma parte de un viaje de tres semanas que hicimos por Nepal, y sobre todo por la India. Ese día nos habíamos levantado en Udaipur, una ciudad muy bonita del estado de Rajastán.

Después de desayunar en el hotel, vino a buscarnos el conductor que habíamos contratado el día anterior que nos iba a llevar hasta Jodhpur, otra ciudad increíblemente bonita de ese mismo estado.

En ese trayecto, habíamos acordado con nuestro conductor dos paradas, que resultaron ser dos de los sitios que más nos gustaron en este viaje a la India. La primera era en la fortaleza y muralla de Kumbhalgarh, y la segunda en el templo jainista de Ranakpur.

Recomendaciones importantes

  • Llevad sombrero, y agua. Hace bastante calor, al menos en el mes de Junio, y la subida hasta el palacio de la cima se hace dura. Junto a la puerta principal hay un puesto de venta de agua, coca cola, etc.
  • Si llegáis hasta aquí, no dejéis de ver el templo de Ranakpur, a una hora de distancia. Sin duda, una de las maravillas de la India.
  • Disfrutad a vuestro ritmo de este fantástico lugar. Lo normal es que no haya casi nadie. Caminad por la muralla, observando el bosque y templos que tendréis a vuestros pies.

Kumbhalgarh se le suele llamar "el secreto mejor guardado de la India", ya que es un sitio increiblemente bello, y al mismo tiempo muy desconocido. Nosotros lo vimos solos, excepto por algún local. Ni un solo extranjero, a parte de nosotros. Es verdad que está muy escondido, y para llegar hasta allí es necesario ir en coche con alguien que nos lleve, como fue nuestro caso.

Todo el mundo sabe cual es la muralla más larga del planeta, la china, pero si preguntas cual es la segunda muralla más larga, nadie sabe la respuesta. Ni una persona entre mil sabría responder a eso (por eso es el secreto mejor guardado de la India). Pues bien, ésta, la muralla de Kumbhalgarh, es la segunda muralla contínua más larga del mundo, con 36 km en total (es verdad que muy lejos de la china).

Por eso, y por más cosas, esta fortaleza y su muralla fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2013.

Desde Udaipur hasta Kumbhalgarh hay 85 Km que se hacen en algo menos de 2 horas. La carretera, ya acercándonos a nuestro destino, es muy pintoresca, por una zona boscosa que cubre un relieve lleno de colinas. Da la impresión de que puede cruzarse un tigre o un elefante en cualquier momento.

Abajo podéis ver un par de fotos llegando a Kumbhalgarh, para que os hagáis una idea de cómo es la carretera que lleva hasta allí. Le dije al conductor que parase un momento para poder hacer una foto de esa imagen tan bonita, con la fortaleza y la muralla que serpentea por encima de la cresta. Como podéis ver, la carretera no es para ir a 100 km/h.

Abajo a la izquierda, junto a la puerta principal de la muralla, donde nos dejó nuestro conductor, y aparcó a esperarnos hasta que acabásemos la visita. A la derecha, ya en el interior del recinto amurallado. En la entrada hay un kiosko donde venden botellas de agua y demás bebidas.

Creedme, os va a hacer falta ese agua, porque hay que subir hasta el palacio que hay arriba de la colina, como se ve en la foto de abajo a la derecha, siguiendo la muralla. Y con el calor que hacía, toda agua es poca.

Desde donde estábamos, subidos ya en la muralla, se ve claramente la colina con el palacio real en la cima, y en el recinto interior de la muralla, gran cantidad de templos dispersos, que forman un conjunto muy armonioso, como se puede ver en las fotos de abajo.

Poco a poco íbamos remontando la muralla, acercándonos a la cima. Hay una buena subida. Este fuerte, y su muralla, fueron construídos a mediados del siglo XV por el rey de Mewar, y estuvo en uso hasta finales del XIX. Era prácticamente inexpugnable, fue asediada muchas veces, y sólo una vez conquistada, en 1576, por una alianza entre el emperador mogol Akbar, el Raja Man Singh de Amber, el Raja Udai Singh de Marwar y los Mirzas de Gujarat.

Y por fin llegamos a la cima. Había merecido la pena, las vistas desde aquí eran amplias y bonitas. Se veía todo el territorio boscoso y ondulado rodeado por la muralla, así como los diferentes templos al pie de la fortaleza. El interior del palacio está vacio, y no tiene mucho interés. Abajo podéis ver fotos de las vistas que hay desde arriba.

Volvimos a bajar por el mismo camino, y estuvimos curioseando y haciendo fotos por alguno de los templos que hay en la parte de abajo. Estábamos solos, y era muy emocionante ir explorándolos como si fuésemos unos Indiana Jones.

A pesar del calor, dan ganas de quedarse aquí más tiempo, y caminar por la solitaria muralla hasta perder de vista la fortaleza y los templos, pero no tenemos tanto tiempo, ya que nuestra siguiente visita, el templo de Ranakpur, cierra a las 17:00, y aún tenemos que comer.

Para quien vaya con más tiempo, en las proximidades de la fortaleza hay algunos buenos hoteles, con piscina (se puede ver en booking por ejemplo) y muy integrados en la naturaleza circundante. No es mala idea pasar aquí una noche para disfrutarlo más en profundidad. Además, tiene fama de tener una iluminación muy buena al anochecer.

Y después de curiosear por los templos, dimos por acabada nuestra visita y regresamos a la entrada de la muralla, donde nos estaba esperando nuestro conductor. Habíamos estado unas dos horas y media en total, tiempo suficiente para subir al palacio de la cima, y recorrer los templos de la parte inferior con tranquilidad, haciendo muchas fotos.

El horario de esta fortaleza es de 6 de la mañana a 6 de la tarde, y el precio es de 600 rupias (cerca de 8 euros) para extranjeros. Un poco caro para ser India. Naturalmente, no es necesario sacarlas con antelación, estaréis casi solos o incluso solos del todo.

Emprendimos el camino hacia el templo de Ranakpur, que está a sólo 50 km de distancia, pero por una carretera de montaña que hace que se tarde una hora en llegar. Paramos por el camino a comer, que no estaba previsto, pero es que vimos un restaurante en mitad de la montaña con una gran bandera de España y que se llamaba "casa Manolo", así que cómo no parar...

Según nos dijeron los camareros, el dueño del sitio era español, pero en ese momento no estaba allí. Comimos, y seguimos nuestro camino hacia la siguiente parada. Podéis leer aquí el relato de nuestra visita a el maravilloso templo jainista de Ranakpur.


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