
Ranakpur, India
Fecha del viaje: Junio de 2012
Esta visita forma parte de un viaje de tres semanas que hicimos por Nepal, y sobre todo por la India. Ese día nos habíamos levantado en Udaipur, una ciudad muy bonita del estado de Rajastán. Después de desayunar emprendimos viaje hacia Jodhpur con el conductor al que habíamos contratado el día anterior.
En ese viaje habíamos quedado con el conductor que haría dos paradas, una en Kumbhalgarh y otra en Ranakpur. Podéis leer aquí el artículo de nuestra visita a la fortaleza y muralla de Kumbhalgarh. En este artículo os contaremos cómo fue la segunda parada.
Recomendaciones importantes
- Si estáis haciendo el viaje desde Udaipur con parada en Kumbhalgarh, como nosotros, mucho cuidado con los horarios. El templo de Ranakpur cierra a las 17:00, y os aseguro que es un sitio en el que querréis estar más de una hora.
- En este templo no se puede entrar con los hombros descubiertos, y tampoco con pantalones cortos. La visita se hace descalzo, sintiendo la suave caricia del mármol pulido en nuestros pies.
- Los guardias que hay en el interior estarán encantados de hacerte una foto con tu cámara por una propina (y lo hacen bien).
Nuestro conductor nos dejó en el aparcamiento, al lado de la taquilla donde se compran las entradas para ver el templo. Nos indicó que él nos esperaría allí. Sacamos rápido las entradas, y para el templo que nos fuimos, ya que cerraba a las 17:00 y teníamos como una hora para verlo.
Abajo, fotos en la fachada principal. El cielo amenazaba lluvia, un poco más tarde caería un buen chaparrón. Como se puede ver, por fuera es bonito, pero tampoco es que te quedes extasiado. Lo mejor está al pasar al interior. Por cierto, si vais con los hombros descubiertos, como era el caso de Patri, os los tendréis que cubrir con un pañuelo.
El Templo de Ranakpur, también conocido como el Templo de Adinath, es uno de los templos jainistas más espectaculares y mejor conservados de la India. Es una joya arquitectónica famosa por estar realizada íntegramente en mármol blanco, tallado con una minuciosidad casi imposible.
Quizá el rasgo más distintivo, es que el templo está sostenido por exactamente 1444 columnas de mármol completamente talladas... ¡Y no hay dos iguales!. Por cierto, para visitar el interior es necesario hacerlo descalzo.
El Templo Ranakpur Jain fue construido por un rico comerciante jainista (aunque, rico y jainista, parece un poco contradictorio) llamado Dharma Shah con la ayuda como mecenas del monarca liberal y poderoso Rajput Rana Kumbha en el siglo XV.
La construcción del templo duró más o menos unos 50 años y en ella han trabajado unos 3000 artesanos. Se comenzó a construir en el año 1389 y se finalizó en 1436, aunque luego se seguirían añadiendo mejoras y agregando más complejos al recinto.
Según la leyenda, Dharma Shah tuvo una visión celestial que dejó en su corazón una determinación ardiente de construir un templo en honor de Adinath, el fundador de la religión Jain. Cuando Dharma Shah se acercó a Rana Kumbha con su plan, el rey quedó entusiasmado con la idea, y le dio un terreno para construir el templo, ayudándole en todo lo que pudo. El templo se llama Ranakpur en su honor.
Como podéis ver por las fotos, el lugar es extraordinariamente bello, y hace que invada al visitante una sensación de serenidad y espiritualidad. Aquí tampoco veréis a muchos extranjeros, a parte de vosotros mismos, pero si veréis a gente local que va al templo a rezar o meditar, ya que no es sólo un monumento histórico, sino un templo activo al que siguen acudiendo fieles jainistas.
Como podéis ver por las fotos, el nivel de detalle del tallado es extraordinario, y es que está todo el templo igual, son montones de metros cuadrados de mármol tallados hasta el más mínimo detalle. Y todo esto lo hicieron en 50 años, a mi me parece una labor más bien de 500 años.
La parte que más nos gustó fue la de los elefantes de mármol, que podéis ver en las fotos de abajo. Dentro del templo hay varios vigilantes, que por una pequeña propina, se ofrecen a hacer de fotógrafos para vosotros, y tengo que decir que no se les da mal, hacen buenos encuadres, que a veces pides a alguien por ahí que te haga una foto, y sino te corta los pies, te corta la cabeza.
El horario de este templo es desde las 12:00 de la mañana hasta las 17:00 de la tarde, y la entrada cuesta 200 rupias (unos 3 euros, más barato que la fortaleza de Kumbhalgarh que vimos antes). Hay que pagar 100 rupias más por poder hacer fotos.
Sobre esta religión, el jainismo, decir que es muy popular en la India. Este que estamos visitando es su templo más representativo, la gran catedral del jainismo. Esta religión no se diferencia mucho del budismo (a ojos de un profano), ya que sus principios básicos son la no violencia (que implica evitar cualquier daño a cualquier ser vivo, incluyendo plantas y animales, así que por supuesto, son totalmente veganos), la vida ascética, la auto disciplina, el vivir con el mínimo de posesiones materiales, etc.
Algunas fotos más dentro de este maravilloso templo...
Estuvimos hasta las 17:00, que ya nos invitaron amablemente a salir. Y más tiempo que hubiésemos estado de no cerrar ya, es un sitio increible, no solo por lo bello y grandioso que es, sino por la paz que se respira en su interior, que hace que te sientas realmente a gusto, simplemente paseando lentamente y admirando toda esa belleza.
Hicimos un par de fotos más en el exterior, y volvimos al aparcamiento, donde nos estaba esperando nuestro conductor. Como anécdota, en el aparcamiento vimos una breve pelea entre un mono y un perro por un trozo de comida, con ganador el mono por KO absoluto (el perro salió corriendo gimiendo como alma que lleva el diablo). Ese mono no era muy jainista que digamos.
Hasta nuestro destino, la magnífica ciudad de Jodhpur, nos quedaban 156 km que se hacen en dos horas y media aproximadamente. Ya llegamos de noche, y cenamos directamente en el hotel, una antigua mansión colonial realmente bonita.
Este trayecto es mucho mejor hacerlo en el sentido que lo hicimos nosotros, de Udaipur a Jodhpur, que no al revés, ya que las dos paradas que hay que hacer están mucho más cerca de Udaipur, y por lo tanto hay mucho más tiempo para las visitas. Hacerlo al revés implicaría un buen madrugón que tampoco serviría de mucho, ya que la primera visita, el templo, no abre hasta las 12:00.
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