
Lovech
Fecha del viaje: Agosto de 2025
Habíamos pasado parte de la mañana visitando la fortaleza de Tsarevets, en Veliko Tarnovo, y la iglesia de la Natividad, en el cercano pueblo de Arbanasi. Luego, pusimos rumbo a Lovech (93 km), donde íbamos a comer. Podéis leer aquí el relato de nuestra visita a Veliko Tarnovo.
Recomendaciones importantes
- Lovech es pequeño (la parte histórica) y se ve muy rápido. Una de las mejores cosas que se pueden hacer es tomar algo, o incluso comer, como hicimos nosotros, en una terraza con vistas al puente. En la orilla derecha (mirando aguas arriba) solo hay una cafetería con una terraza así. En la orilla opuesta, tenéis el fantástico restaurante donde comimos nosotros.
Al llegar a la ciudad de Lovech, nos costó aparcar un poco más de lo acostumbrado. Al final, aparcamos a 10 minutos caminando de su famoso puente cubierto. Aparcamos en el lado derecho (mirando hacia aguas arriba), y en ese lado solo había una especie de cafetería, pero lo que buscábamos era un sitio para comer. Cruzamos el puente, y al otro lado, hacia la izquierda, hay una bonita plaza donde hay varios restaurantes.
Uno de ellos, aparte de tener un salón interior bastante amplio, tiene una terraza fantástica con amplias vistas del puente, y aunque es pequeña, había sitio libre. No nos lo pensamos dos veces. Abajo a la izquierda, la placita, donde se ven varios restaurantes, y las otras fotos, en la única elección correcta, el mejor sitio donde podéis comer en Lovech.
Como se puede ver en las fotos de arriba, el rio Osam lleva muy poca agua en verano. Comimos super bien por sólo 38 euros los tres. Una pasada de sitio, lo recomiendo totalmente. Después de comer dimos una vuelta por los alrededores, la verdad es que la zona histórica de Lovech es pequeña y se ve enseguida.
Arriba a la derecha, cruzando el rio por el puente para vehículos, desde donde se tienen buenas vistas del puente cubierto. La historia de este puente cubierto es muy curiosa. El primer puente de piedra de la ciudad fue destruido por una crecida del río en 1871. En 1874, los ciudadanos encargaron la construcción de un puente nuevo al célebre maestro carpintero Nikola Fichev, uno de los arquitectos más famosos del Renacimiento Nacional Búlgaro. Este maestro se comprometió a levantar el puente “con su propia vida como garantía” si fallaba, y cumplió su promesa, ya que quedó terminado en 1876.
Tenía 7 bóvedas de piedra y encima una estructura de madera cubierta, sobre él se alineaban unas 45 tiendas y talleres artesanos (herreros, zapateros, carpinteros, panaderos). Desgraciadamente, en 1925 un incendio destruyó gran parte del puente original. Entonces, fue sustituido por una estructura de hormigón, también cubierta, pero más moderna, y entre 1980 y 1981 se reconstruyó tratando de respetar el aspecto del diseño del maestro, devolviéndole el aire histórico. Y esto es lo que podemos ver hoy día.
Abajo, en el punto más fotogénico del puente, donde se puede sacar la mejor foto. En las casas de la orilla de enfrente se puede ver el restaurante donde comimos, con la pequeña terraza que da directamente al rio y al puente, detrás de unos arcos en un edificio de tono rosado.
Por último, entramos al puente a curiosear un poco en las tiendas de su interior, y justo en ese momento llovió un poco. Estaba prácticamente vacio. Yo me acabé comprando una cartera nueva de piel en uno de los locales.
No había mucho más que hacer, así que volvimos al coche para seguir ruta hasta el destino final de ese día, nuestro hotel en el pequeño pueblo de Oreshak, a apenas un par de km del monasterio de Troyan, que visitaríamos al día siguiente. Tan sólo 39 km nos separaban del hotel.
Durante el diseño del viaje, teníamos claro que esa noche queríamos dormir lo más cerca posible del monasterio, y después de mucho mirar, éste es sin duda el mejor hotel posible en ese sitio. Ya nos lo pareció mientras buscábamos, pero ahora, una vez que ya hemos estado allí, lo confirmo plenamente, es un hotelazo.
Está a las afueras del pueblo, en un lugar muy tranquilo. El edificio es muy bonito, muy bien integrado en la naturaleza, y tiene una piscina fantástica. Tan bonita, que aunque hacía algo de fresco, Inés y yo no nos pudimos resistir a probarla, como podéis ver en las fotos de abajo.
Se puede reservar por booking, pero os van a pedir al menos dos noches de alojamiento (en verano). Si quieres reservarlo, puedes hacerlo desde nuestro enlace para obtener el mejor precio posible, aquí. Si quieres mirar más alojamientos, en nuestra página de descuentos tienes acceso a nuestro enlace a Booking, y también descuentos en coches de alquiler, seguros, etc. Tu puedes conseguir un muy buen precio, y a nosotros nos ayuda mucho.
En nuestro caso solo queríamos estar una noche, así que les escribí directamente y me dijeron que volviera a escribirles cuando quedasen unos 10 o 15 días para la estancia, y según la disponibilidad me dirían si podían alojarnos solo una noche. Al final sí que fue posible, a un precio de 91 euros la habitación, con desayuno incluído.
Si os interesa, aquí tenéis la web del hotel. Es uno de los hoteles que más nos gustaron del viaje. Cenamos en el propio hotel, y la cena fue espectacular, muy buena, por solo 47 euros en total. El desayuno del día siguiente también fue muy bueno, incluso nos hicieron unos huevos fritos en el momento que nos supieron a gloria, de los mejores desayunos del viaje.
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