Los viajes de Hyparco
Logo

Selinunte, Sicilia


Fecha del viaje: Septiembre de 2013

Esta excursión forma parte de un viaje a Sicilia de 5 días de duración, durante el cual dedicamos un par de horas a visitar los templos de la antigua ciudad griega de Selinunte. El día anterior lo habíamos de dedicado a otra gran ciudad griega, podéis leer aquí el artículo de nuestra visita a el Valle de los Templos de Agrigento.

Recomendaciones importantes

  • Si vais en verano, aunque suene obvio, llevad agua y sombrero. Aquí hace calor y no hay apenas sombras.
  • También resulta obvio, pero es una gran idea complementar esta visita con las de Segesta y, sobre todo, la de Agrigento, donde hay templos mejor conservados que éstos.

Nos levantamos en nuestro fabuloso hotel de Agrigento, junto al mar. Después de un buen desayuno y un pequeño madrugón, nos pusimos en ruta hacia la primera visita de ese día, la antigua ciudad griega de Selinunte, situada a algo menos de una hora y media de distancia. Iba a ser un día muy intenso, acabando con un final apotéosico en los toboganes acuáticos del hotel Citta del Mare.

Esta ciudad fue fundada a mediados del siglo VII a.C por colonos de otra ciudad griega de Sicilia. Prosperó, creó unos importantes lazos comerciales con sus vecinos, y llegó a tener en su apogeo unos 30.000 habitantes. La prueba de ese éxito fue la gran cantidad de templos que construyó, especialmente durante el siglo V a.C, que fue su época gloriosa.

Lo malo, que al final determinaría su destrucción, fue el odio ancestral que se tenían esta ciudad y su vecina Segesta (que también visitaríamos después, ese mismo día). Tuvieron entre ellas innumerables guerras y conflictos que solo trajeron destrucción para ambas. La cosa terminó cuando Segesta pidió ayuda a los Cartagineses, y éstos acudieron raudos, destruyendo la ciudad en el año 409 a.C. y matando y exclavizando a casi toda la población (se dice que murieron unos 16000 habitantes, fueron exclavizados unos 5000, y sobrevivieron unos 2500 que tuvieron que huir perdiéndolo todo).

¿De qué les sirvió tanto odio? De nada, solo para cavar su propia tumba. Cartago aprovechó para destruír también Akragas (Agrigento) y hacerse con el control de la mayor parte de Sicilia, teniendo a Segesta como ciudad vasalla. Un alto precio (renunciar a tu independencia y libertad) por ver a tu enemigo destruído. Si todas esas prósperas ciudades griegas, en vez de odiarse, hubieran formado una confederación, Cartago no hubiera podido ni soñar con acercarse allí.

Es increíble la civilización clásica griega, con el auge que le dieron a las artes, la tecnología, el humanismo, el comercio... y realmente fueron incapaces de crear un estado propio que hubiera sido con mucho el más poderoso de su época (como lo fue después la República Romana, o como pudo haber sido la Macedonia de Alejandro Magno). Al final eran un conjunto de ciudades (polis) independientes, casi siempre peleadas entre sí. Tan solo consiguieron unirse entre ellas las dos veces que fueron atacadas por el formidable imperio persa, y ambas veces vencieron al gigante, como prueba de lo que podrían haber sido.

Abajo podéis ver unas fotos del templo mejor conservado del recinto, el templo E, dedicado a Hera. Fue levantado entre los años 460 y 450 a.C en la época de mayor esplendor de la ciudad, y reconstruído en los años 50 del siglo XX a partir del montón de piedras originales que estaban desperdigadas por la zona. Como escribió Guy de Maupassant en 1890: "Selinunte es un montón informe de piedras que sólo puede interesar a los arqueólogos o a las almas poéticas".

Más fotos de este templo, que es sin duda lo más espectacular de toda la antigua ciudad de Selinunte. En contra de lo que sucede en Agrigento y Segesta, aquí sí se puede pasar al interior del templo.

Como podéis ver, el templo está edificado con piedra arenisca, como los de Agrigento, que es una piedra de muy mala calidad, ya que es muy blanda y porosa, y aguanta muy mal el paso del tiempo, erosionándose mucho, hasta casi desintegrarse. El templo de Segesta que veremos por la tarde, al estar construído con piedra caliza más dura, ha aguantado mucho mejor el paso del tiempo.

Después de la gran destrucción del año 409 a.C. la ciudad (bajo el poder cartaginés) fue nuevamente poblada y en parte reconstruída, aunque ya no volvió a brillar como antaño. La puntilla vino en el año 250 a.C, cuando durante la primera guerra púnica, la propia Cartago la destruyó de nuevo para evitar que cayera en manos romanas. Desde entonces no volvió a ser habitada, con lo que había llegado a ser...

Sus ruinas fueron usadas como cantera, algo habitual con las ciudades antiguas, hasta que un decreto de Fernando I de las Dos Sicilias de 1779 prohibió a los sicilianos utilizar las ruinas como cantera de piedras. Gracias a eso se pudieron salvar unas cuantas piedras que permanecieron allí tiradas hasta que se hizo la reconstrucción que podemos ver hoy.

Después de ver el interior, donde se ha reconstruído hasta parte de los muros de la cella, lo rodeamos por fuera para verlo desde todos los ángulos. En la última foto se puede ver, a lo lejos, en otra parte distinta del recinto, el templo C o de Apolo, que es el segundo en mejor estado, y el más antiguo de todos. Hacia allí encaminariamos ahora nuestros pasos.

Y aquí podéis ver un par de imágenes antiguas, de finales del siglo XIX para que veáis en qué estado estaban los templos de Selinunte entonces. Un bonito puzzle.

Dimos el agradable paseo que separa ambas zonas, para visitar el templo C. Si no te apetece andar, hay un servicio de microbus que te lleva de un sector a otro (por un módico precio, claro). En nuestro caso, al ser Septiembre, es un paseo agradable, pero en verano con mucho calor, seguro que es mejor coger ese bus. La primera foto de abajo es del templo E, de donde veníamos. En la distancia destaca su enorme silueta sobre el resto de las ruinas. A esta distancia parece mucho más entero de lo que está realmente, como si no hubiese pasado el tiempo por él. Aún resulta imponente y magnífico.

Las otras tres fotos son del templo C, el cual, a parte de la base, solo conserva parte de las columnas de uno de sus lados, que también han sido reconstruídas a pincipios del siglo XX. Este templo dórico fue construído entre los años 540 y 530 a.C.

Y esto fue lo que vimos de Selinunte. Del resto de templos no queda casi nada, la base y unas cuantes piedras, lo más espectacular son los templos C y sobre todo el E. Por cierto, el precio de las entradas (en 2025) es de 14 euros por adulto, y niños gratis.

Desde aquí cogimos de nuevo el coche, y pusimos rumbo hacia Segesta, a 45 minutos de distancia, donde nos esperaba otro templo griego que es, a mi parecer, más espectacular. Aquí podéis leer el artículo de nuestra visita al templo dórico de Segesta.


Volver a Inicio