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Abtenau, Gosau y Hallstat


Fecha del viaje: Agosto de 2021

Esta excursión forma parte de un viaje que hicimos a Austria en 2021. Empezamos el viaje en Cesky Krumlov, y desde allí pasamos a Austria, donde estuvimos 5 noches en una casita en Kuchl, cerca de Salzburgo.

El primer día lo dedicamos íntegramente a la ciudad de Salzburgo, y el segundo estuvo dedicado totalmente a excursiones de montaña, donde tuvimos nuestro primer contacto con los glaciares austríacos.

Y este tercer día en Austria iba a ser una mezcla entre montaña y un poco de turismo urbano. Empezamos el día en el trineo de verano de Abtenau, luego fuimos al lago alpino de Gosau, donde subimos en el teleférico hasta la parte superior, y acabamos el día en el fotogénico pueblo de Hallstatt, junto al lago del mismo nombre.

Recomendaciones importantes

  • Si vas a estar al menos 4 días en la región de Salzburgo, y piensas coger unos cuantos teleféricos/funiculares, la tarjeta Salzburguerland Card os puede ahorrar dinero. Cuesta 99 euros por adulto y 50 por niño, y vale para 6 dias. Más información en su web.
  • Al lago de Gosau es buena idea ir pronto, y podréis aparcar en el parking que hay junto al lago. Nosotros llegamos sobre las 13:00 y tuvimos que aparcar más abajo, debiendo subir caminando por la carretera como unos 500 metros sino recuerdo mal.
  • Para comer en el lago hay un fantástico sitio en la misma orilla del lago. Nosotros no tuvimos problema para coger mesa en la terraza, aunque es un lugar bastante turístico. Hay otro restaurante con mucho encanto y menos gente (y más pequeño también) en la parte superior del teleférico.
  • Hallstatt es muy bonito, y aunque sea muy turístico bien merece una parada. Mucho mejor si madrugais y vais temprano o, como nosotros, ya por la tarde. Si hace calor muy recomendable darse un baño en el lago, en el parque que hay en el lado sur del pueblo.

El pueblo de Abtenau estaba a sólo 22 km de nuestra casa. Después de un buen desayuno casero, y salir al balcón para ver el fantástico día que teníamos por delante, nos plantamos allí en apenas 20 minutos. No había nada de cola, la verdad es que aún era temprano. Sacamos los tickets y enseguida estábamos montados en el teleférico remontando la verde ladera.

El precio de este trineo es de 10.5 euros cada vez que subas, para los adultos. Podéis ver más información en su web, aquí. Si vais a estar unos días en la región de Salzburgo, puede ser una buena idea sacaros la tarjeta Salzburguerland Card. Con esta tarjeta, muchos de los teleféricos y otras atracciones de la región son gratuitas, es como una especie de tarifa plana. Este trineo por ejemplo, era gratuito con la tarjeta.

Para 2025, el precio de la tarjeta es de 99 euros por adulto (50 euros por niño), y vale para 6 días. En nuestro caso no la sacamos por que íbamos a estar menos días y no estaba claro que fuesemos a ahorrar dinero, pero por ejemplo en este trineo acabamos montando dos veces, y de haber tenido la tarjeta, igual hubiera caido una tercera vez.

Podéis leer más información sobre esta tarjeta aquí.

Abajo, fotos en este divertidísimo trineo. Las vistas mientras subes en el teleférico son espectaculares, con esa inmensa pradera verde, surcada por el serpenteante y metálico rail del trineo. Los niños menores de 6 años pueden montar, pero tienen que ir en el mismo trineo que un adulto. A Inés estas cosas le gustan un montón, y se lo pasó pipa.

La idea era tirarnos por el trineo una vez, y continuar viaje hacia el lago de Gosau, pero a Inés le gustó tanto (y a los mayores también), que se cogió un cabreo monumental por que quería repetir, así que sacamos tickets nuevamente, y otra vez ladera arriba en el teleférico. La verdad es que es una experiencia muy divertida, y relajante también, ya que vas bajando en tu trineo, escuchando solo el silvar del aire, con ese paisaje monumental de montañas y prados delante de ti... realmente sientes que estás de vacaciones.

Además, si vais con niños, en la parte inferior del teleférico hay una zona infantil bastante chula.

Y desde aquí, ruta hasta el lago alpino de Gosau, a media hora de distancia. Según os acercáis al lago, veréis que hay varios aparcamientos (de pago). Nosotros llegamos allí cerca de las 13:00 y en el más cercano ya no había sitio, tuvimos que aparcar en el siguiente y subir caminando por la carretera un rato. Nada más llegar al lago, hay un restaurante muy bonito junto a la orilla (foto de abajo a la izquierda), es el típico chalet alpino de madera, y además aún quedaba alguna mesa libre en la terraza, con vistas al lago, así que no lo pensamos dos veces, y lo primero que hicimos fue comer.

Comimos bastante bien, y el precio no fue caro para lo que es Austria, y la magnífica localización del sitio. Como casi siempre en este viaje (era la comida oficial del viaje) me pedí un fantástico escalope Schnitzel con patatas fritas. Qué bueno, estaba...

Después de comer, dimos un paseo por el camino que rodea el lago. Ese camino es un estupendo sitio para dar un paseo con bicis, lo malo es que no vimos ningún lugar donde las alquilasen. Esa es una clara oportunidad de negocio perdida... si hubiese un sitio de alquiler de bicis en ese lago, no pararían de ganar dinero, ya que el sitio es fabuloso para eso, por que el camino que rodea el lago, teniendo varios km, no tiene ningún desnivel.

Abajo, algunas fotos que hicimos en ese paseo, con el macizo de Dachstein al fondo del lago. Es el mismo macizo en el que subimos en teleférico el día anterior (artículo aquí), pero por la cara opuesta. Enseguida nos dimos la vuelta por que decidimos que era mejor aprovechar el tiempo subiendo en teleférico al mirador del lago que hay en la parte superior de la montaña.

El teleférico del lago Gosau sube hasta un mirador sobre el lago realmente espectacular, la estación inferior está junto al restaurante en el que comimos. Podéis encontrar más información sobre este teleférico aquí. Ya durante la subida se puede ver la imagen del lago como se va alejando cada vez más de nosotros, encajonado entre bosques y montañas. El macizo de Dachstein, al fondo, ahora está cubierto de nubes y no se ve nada.

Una vez arriba, dimos un paseo por un sendero que llevaba hasta un restaurante con terraza muy chulo, que puede ser tambien una fantástica opción para comer, en vez del que está junto al lago. No tomamos nada, por que hacía poco que habíamos comido, pero la verdad es que el sitio estaba muy chulo y no estaba muy lleno. Lo que sí hizo Inés es estar un rato jugando en la zona infantil del lugar, mientras nosotros descansábamos sentados sobre la hierba, disfrutando de la paz de ese momento.

Y después de ese rato de relax, cargando a tope las pilas en un entorno tan bonito, volvimos a bajar hasta el lago y caminamos por la carretera en busca de nuestro coche. Nuestro próximo y último destino del día era el hermoso y famosísimo pueblo de Hallstatt, declarado como pueblo más bonito al lado de un lago. Estaba cerca, a algo menos de media hora.

Hallstatt es pequeño, y completamente peatonal. Suena a que podía ser un pequeño infierno llegar y dejar el coche ahí, sabiendo que es un pueblo bastante turístico. Por suerte no es así, lo tienen bien organizado. También es verdad que llegamos por la tarde, a propósito, porque la cantidad de gente es menor que por la mañana. Según llegas por la carretera al pueblo, ya te van indicando los sucesivos parkings que hay (de pago, por supuesto), diciendote si está completo o quedan plazas. Nosotros aparcamos creo que fue en el P2.

Una vez salimos fuera, estábamos junto al lago, en el extremo sur del pueblo. El pueblo queda a un paseo de 1 km, pero es un paseo muy agradable, junto al lago. De hecho, junto al parking había un parque público muy bonito en la misma orilla del lago donde estuvimos un rato, e incluso nos dimos un baño en el lago, ya que está permitido y está habilitado para ello.

En la foto de la derecha de arriba, se puede ver el pueblo más al norte, seguiendo la rivera del lago. Como decía, es un paseo muy agradable. También se puede ver, destacando entre el bosque que cubre la ladera de la montaña, la via del funicular que sube a las minas de sal. Nosotros eso ya no lo visitamos, por que la visita era muy larga, unas tres horas. Si hacéis esa visita, en la parte superior del funicular hay un mirador muy chulo desde donde debe haber una vista espectacular. Pero para ir al mirador tienes que sacar las entradas a la mina de sal, que son unos 43 euros por adulto. Si estáis interesados, ésta es su web.

En parte por estas minas de sal, Hallstatt fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.

Pasamos un rato muy agradable en ese parque, hacía una temperatura perfecta para el baño. Luego, fuimos dando un paseo hasta el casco histórico de Hallstatt. Arriba, una foto del pueblo sacada durante ese paseo, desde el lado sur. La famosa foto que aparece en internet cuando pones Hallstatt en el navegador, con las dos iglesias destacando sobre el pueblo, y la montaña como telón de fondo, está sacada desde el otro extremo del pueblo, el extremo norte. Y hacia allí íbamos a ir.

Primero hicimos el paseo desde el parque donde estábamos hasta el nucleo urbano, que son unos 15 minutos más o menos de un agradable paseo. Atravesamos la plaza principal de Hallstatt, que es posiblemente el lugar más bonito del pueblo, como se puede ver en las fotos de abajo. En una de las casas se puede ver una especie de enredadera en la pared. En realidad es un peral, que ha sido podado desde pequeño para que sus ramas sigan la pared. Debe ser una tradición, por que lo vimos en algún otro pueblo de la zona.

Desde la plaza, subimos a la iglesia católica de la Asunción de María, que es la que está en la parte alta del pueblo, y desde donde hay unas vistas muy bonitas. Tiene un pequeño cementerio muy pintoresco. Es de estilo gótico del siglo XV, la más antigua del pueblo.

Desde el mirador de esta iglesia, hay muy buena vista sobre la otra iglesia del pueblo, la evangélica, que es mucho más moderna y fue construida en el siglo XIX.

Y desde aquí continuamos atravesando el pueblo hasta dejarlo atrás, y de esta manera llegamos hasta el famoso mirador desde donde se obtiene la vista más famosa de este espectacular pueblo. Afortunadamente había solo 4 o 5 personas (era ya la última hora de la tarde) por que me parece a mi que habrá momentos del día en que posiblemente haya que hacer cola para sacar la foto desde aquí.

Una vez hechas las fotos desde ese mirador (Efectivamente, la vista del pueblo desde aquí es más bonita que desde el extremo sur) volvimos al centro de Hallstatt, volviendo a pasar por la plaza.

Arriba a la izquierda se puede ver la iglesia católica, con la terraza-mirador donde habíamos estado antes, y a la que volvimos a subir en el camino de vuelta del mirador. Desde allí pudimos ver que junto a la iglesia evangélica, oculto a la vista desde la plaza, había un pequeño jardín escondido con unos columpios y prácticamente vacio. Hacia allí nos dirigimos para pasar relajadamente lo últimos momentos de la tarde, con vistas al lago.

Una vez salimos de este pequeño jardín escondido y secreto, buscamos un sitio donde cenar, que acabó siendo un restaurante italiano muy agradable con las paredes forradas de madera. Cuando salimos, ya era completamente de noche, así que desandamos el camino en busca de nuestro coche. Es increíble lo vacio que se había quedado el pueblo a esas horas.


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